Creación y Dirección Julia y Lucía Chaktoura

Creación y Dirección Julia Chaktoura y Lucía Chaktoura







29/4/11

Mirar y ver



La mejor manera de entender a los demás, es ponerse en su lugar. (con el alma)

Mirar y ver. La mayor parte de la vida, la transcurrimos mirando sin ver. A veces, llegamos al instante mismo del final de la existencia, sin haber sabido quienes somos, o quienes son los seres con los que hemos convivido a lo largo de tanto tiempo. Una vez más la poesía nos abre sus puertas y en este caso, de las manos de Armando Tejada Gómez. La misma, con sus versos cumple los efectos de un koan del budismo zen, y nos induce a profundizar la calidad de nuestra observación y a despertar la conciencia. Respecto a la observación, podemos hacerla de dos formas diferentes, ya sea con visión egocéntrica o focal (MIRAR) o con visión ampliada (VER). La primera puede ser representada mediante la observación del dedo índice, a 10 ó 15 cms del entrecejo o algún objeto interpuesto entre uno y la persona que tenemos delante. Como es fácil de comprobar, vemos a la persona u objeto que tenemos por delante, dobles y borrosos. Dicho de otro modo, no los vemos como verdaderamente son. Tal actitud, nos perpetúa en al mundo de la ficción, por eso dañamos a los demás y a nosotros mismos, sin alcanzar a sentirnos unos a otros. No hay duda que es la visión necesaria para hacer la guerra, estimular el armamentismo, para envidiar, odiar, competir, dominar, contaminar, someter, corromper, mentir, discriminar, etc. Este estado de dañabilidad recíproca, está basado en impulsos que provienen desde el inconsciente y tienen base en nuestro egocentrismo. Si el crecimiento se produce por incomodidad, donde la misma, nos debe inducir a encontrar su forma evolutiva de convivencia y nos lleve a practicar la indañabilidad, como base de la convivencia pacífica. 
Respiración Consciente: Viendo el caos preponderante en la realidad nacional y mundial, podemos sumarnos con la plegaria o el pensamiento fuerza, de esta forma sencilla.  Inspira sacando levemente el abdomen hacia afuera, luego sigue inspirando sin detenerte y elevando la región superior del tórax, hasta alcanzar la capacidad máxima respiratoria. Al  retener el aire, emite en silencio, desde el centro del arco costal una plegaria breve o pensamiento fuerza de dos o tres palabras. Luego, espira suavemente por nariz. Si lo deseas, puedes aplicarla en todos los momentos que te sea posible, aún practicando deportes. No temas transmitir esta enseñanza milenaria. Es por el Bien Común, el cual está dañado por el materialismo egocéntrico y por la falta de sentido común. Sólo la solidaridad y el amor salvarán al mundo. Súmate a todos los seres de buena voluntad, que no quieren morir, sin dejar Paz en la Tierra para las futuras generaciones. Recuerda que tu plegaria es fuerte, porque tiene el poder de aumentar la masa crítica para toda la Humanidad. No olvides que las emociones son el veneno del ego y con pequeñas dosis, pueden matarte; en cambio el Amor, es un elixir para el alma. Ser Humanos es la cuestión. El egocentrismo que hoy maneja el mundo, está organizado y quiere quedarse con todo, pero..., Juntos Podemos alcanzar como arquetipo, salud, educación y justicia para todos!!!
 
Nota: La Respiración Consciente es muy útil para toda persona que padezca hipertensión arterial o haya padecido un ACV.

Si contemplamos este fenómeno natural con respeto, vamos a confirmar el mensaje de los últimos versos de Armando Tejada Gómez: La cosa es ir y venir transparente, transparente. Una vez más, vemos como los poetas y músicos populares, fueron verdaderos juglares que siempre estuvieron conectados con la fuente de la Sabiduría Universal y por lo tanto, bajaron en forma simple, aquellas enseñanzas que nos permitirían con ulterioridad, alcanzar nuevos estados de conciencia. No hay duda, obramos disociados, por el permanente aflujo de estímulos que que nos permite perpetuarnos en el deseo de no-ver la realidad, por efecto del condicionamiento; ésto nos impide despertar el coraje de vivir conscientes. Pero hoy los tiempos se abrevian y lo demuestran las noticias del mundo. La crisis contemporánea golpea nuestra conciencia y dice: Despierta de tu ostracismo!!! Todos sabemos de alguna manera, que la historia está escrita por el devenir de los signos de los tiempos y que sólo con nuestra participación comprometida con la Vida, podremos darle un sentido trascendente a la existencia.

Mirar y no ver, puede ser parte de un suicidio colectivo para los seres humanos, por lo tanto, la realidad que hoy vivimos, nos exige ser protagonistas del despertar del alma consciente. Haber entrado al tercer milenio y todavía permanecer en un estado de ceguera social humanitaria, es alarmante. Para ello debemos actuar sin temor y con premura, capitalizando la fuerza inmensa de la crisis, como generadora de las más grandes transformaciones de la Humanidad. Recordando que el hombre viejo mira y no ve; por lo tanto, sigue dañando a nuestro planeta enfermo y se empeña en seguir expoliándolo sin cesar; pero su egocentrismo ya apesta y pone en evidencia a quién sirve. En cambio, el hombre nuevo, puede ser el mismo hombre viejo, que hasta recién padecía los efectos de su propia ignorancia, pero por la fuerza de la crisis, ha despertado a la realidad consciente y comienza a ver la realidad trascendente; por lo tanto, es liberado por la fuerza del Amor y la Unidad. Que la Luz prevalezca sobre las tinieblas y la Paz sea un hecho posible, pero nunca un sueño irrealizable.
 
Dr. Néstor Hugo Almagro


La visión ampliada, tiene el poder de encender nuestra "lámpara interna", la cual surge cuando relajamos la musculatura de los globos oculares y aumentamos el campo visual, abarcando la mayor amplitud que nos sea posible; así captamos aquello que está arriba y abajo, como así, a la izquierda y derecha. Esta visión es altamente beneficiosa para la práctica de todos los deportes, como así, en el desarrollo de todas las artes. Si fuera utilizada para conducir todo tipo de vehículos, veríamos reducir en forma drástica los accidentes de tránsito; también es recomendable practicarla al caminar o practicar montañismo; del mismo modo, puede ser utilizada en toda actividad cotidiana, excepto cuando debemos trabajar con la visión focal en la visión de cerca. Cuando caminamos, podemos tomar como base la línea del horizonte para practicar la visión ampliada, coordinándola con una marcha pareja apoyando talón, planta y punta y la Respiración Consciente, dando así, una marcha pareja y relajada. De tal modo que la Visión Ampliada, se comporta como un doble gran angular, que nos permite captar al instante, los cuerpos sutiles del aura de aquella persona que tenemos por delante. Luego de aplicarla en todas las formas que nos sea posible, comprobaremos que nos ayuda a mejorar la postura corporal, evitando el cansancio; aumentando a su vez, nuestro grado de percepción.
 
Al practicar la Visión Ampliada, podemos captar la totalidad del Campo Áurico, para lo cual es conveniente tener de fondo una pared blanca y luz lateral o superior; luego con el tiempo, nos es posible aplicarla bajo diferentes condiciones de rigor. Al considerarla así, merece un párrafo aparte, porque nos da la posibilidad de ver la transparencia y luminiscencia de los Cuerpos Sutiles, otorgándonos en principio, una nítida percepción de los mismos, bajo diferentes formas de aproximación. Captando de este modo, la calidad del pensamiento de nuestro interlocutor; basta con pensar una mentira o la marca de cigarrillos preferida, para que se apague el aura y luego, basta con pensar una verdad trascendente para que se expanda. Actuando  a modo de un regulador interno, al captar la calidad de nuestras conductas y pensamientos; evitando todo control externo o represión. Así como la fisiología representa el equilibrio de las funciones orgánicas; la psicofisiología, contempla el equilibrio de nuestras conductas.  Al comenzar a utilizar la Visión Ampliada, comenzamos a percibir la circulación de la energía en todo el organismo y en ocasiones, a modo de un hormigueo suave y agradable; que nos indica que está todo bien porque la energía fluye libremente. Cuando un órgano o miembro del cuerpo carece de la energía vital adecuada, comienza la pérdida de su función. O sea, que las enfermedades se producen tanto en los vegetales, como en los animales y el ser humano, se inician antes en los cuerpos sutiles y luego alcanzan sus manifestación en el cuerpo físico. El alcohol, el tabaco, las drogas sintéticas, como los psicofármacos, la mala alimentación, la falta de ejercicio del sedentarismo, afectan la misma. También podemos captarlo mediante una sensación semejante a lo que sería un masaje capilar, o como un suave calor y bienestar en la región superior del cráneo, región dorsal e incluso la columna, como así, en las manos. A su vez, la práctica de la Visión Ampliada hace desaparecer la tensión resultante del mismo, induciendo a la relajación muscular. Una vez que logramos dicho grado de percepción, quedamos en condiciones de captar los cuerpos sutiles de la persona, planta o animal que tenemos por delante; es maravilloso apreciarlo, porque otorga al observador, la posibilidad de percibir al ser humano integrado, con cuerpo, alma y Espíritu. Una vez que ambos observan lo mismo, sienten que pueden entrar en resonancia y comienzan a percibir al otro con su otredad de prójimo o hermano y no como enemigo a destruir. Comprobando por primera vez en la vida, la existencia Real del fluir del eterno presente ; pero ya no bajo una teorización o dogma impuesto, sino como algo real que explica la vida misma; porque el ser humano con su alma y su Maestro Interior quedan ligados a la eternidad; sólo que por estar distraídos, lo hemos olvidado. En dicho instante, el yo y el tu encuentran su realización plena en el nosotros, captando con plenitud la existencia del Alma en unión con nuestro Maestro Interior o YO espiritual. A partir del momento en el que aplicamos la Visión Ampliada, cesa en el interior de cada uno, todo vestigio de violencia; deseando por el contrario, alcanzar una sana convivencia con los demás, beneficiando así, una mayor calidad de entendimiento a nivel familiar, social y humanitario.
 

Esta visión puede ser utilizada para observar todo lo que nos rodea, considerando que a pesar del diferente grado de evolución que poseen todos los seres y todas las cosas, todos poseen una incalculable belleza al integrar lo denso con lo sutil. En la medida que dejemos de mirar al otro y comenzemos a ver al ser humano tal cual es; completo, quedaremos en condiciones de sentir la otredad, como el germen de una vida solidaria. Esta manera de ver, no es un invento reciente que podemos patentar, ya fue conocida desde los albores de la humanidad, pero ahora se hace necesaria su aplicación en todas las actividades humanas; considerando que la misma, será la clave del entendimiento futuro y nos permitirá comprender que es posible iniciar la construcción de una Nueva Humanidad, rehumanizada por el desarrollo armónico, hasta alcanzar la convivencia pacífica. Por el contrario, cuando miramos egocéntricamente al Mundo, como aún lo seguimos haciendo, por haber sido "domesticados" para actuar de esa manera, perpetuamos el conflicto para justificar la existencia; ésto permite la explotación del hombre por el hombre, como así, el hambre, la desnutrición, la inseguridad y las guerras permanentes. Expresando así, el estado disociativo alcanzado por el hombre, como resultante del pensamiento materialista, el cual nos hace ver al planeta con un saco a expoliar y no como un ser vivo al que debemos cuidar y respetar como lo hacen los pueblos originarios de todo el planeta. No mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; pues las que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:18.
 
Cuando se aplica correctamente la visión ampliada, cambia la perspectiva con la que vemos las cosas y surge entonces el abrazo visual, junto a un aumento progresivo e irrenunciable de la solidaridad y el amor; hermanándonos en un destino común con toda la Humanidad. Recién bajo tales circunstancias, es cuando nos es posible acceder a disfrutar el verdadero sentido de la indañabilidad. La transparencia a la que se refiere en su poesía, el poeta Armando Tejada Gómez, evidencia un fenómeno por él percibido, quien al ser impulsado desde su infancia, a salir de la pobreza y la postergación mediante el desarrollo interior, que no sin esfuerzo, le permitió encontrar un sentido trascendente a su vida y le otorgó la posibilidad de entender esta enseñanza bíblica: YO soy el Camino, la Verdad y la Vida. El Camino, como la sucesión de los estados de conciencia, más allá de la religión o filosofía que uno practique. La Verdad, ya no se muestra como una verdad definitiva, sino por el contrario, como una Verdad Evolutiva, en función de la expasión de los estados de conciencia. Y respecto a la Vida, considerándola como la oportunidad de aprendizaje que cada uno recibe, por compartir el solo derecho de nacer y de morir.
 
Cuando somos verdaderamente transparentes, surge la abundancia y la conciencia es puesta en acción; sin especulación ni egoísmos personales, por lo tanto, nos permite practicar el constante discernimiento entre lo falso y lo verdadero, respecto a las situaciones que a cada paso se nos manifiestan. En lo referente a los cuerpos sutiles, cuando pensamos una mentira se apaga el campo áurico de inmediato y cuando pensamos una verdad, el mismo se expande; la primera, se manifiesta expandiendo el marco de transparencia luminínica del mismo, fenómeno que también podemos apreciar al expresar alegría y felicidad. En el caso contrario, al manifestar tristeza o simplemente pensar una mentira, o al tener malas intenciones basadas en la especulación y el egocentrismo; como así, pensamientos disociados o autodestructivos, preñados de temor, ansiedad o angustia, los que hacen desaparecer dicha transparencia al instante. No sin razón, Mahatma Gandhi decía: "Somos el producto de nuestros pensamientos" y el Dr. Rubén Feldman González, Enfrenta el dolor, no lo respetes!!!
 
Del mismo modo que cuidamos que la batería de nuestro celular, tenga la carga correspondiente que nos permita una buena comunicación; la práctica de la respiración consciente junto a la visión ampliada, nos garantiza mediante la expansión de los cuerpos sutiles, un nivel de percepción superior, el cual no es para nuestro beneficio personal, sino para aumentar nuestra conexión con el Mundo. Esto hace que se eleve nuestro estado vibracional interno y a su vez, que interactúe con una mayor efectividad, en el entorno vibracional circundante. Si tú entiendes y practicas estas enseñanzas milenarias, también contribuyes con tu aporte, a generar una mejor calidad de vida, para nuestro colectivo social humanitario. Recordando, que la práctica de la Ecosíntesis, es actuar con la conciencia obrando en el cuidado de la Naturaleza externa e interna, con simultaneidad; comprometidos activamente con la Vida de las futuras generaciones.

Todos sabemos que al modificar el pensamiento en su opuesto, es decir, mentira por verdad, ignorancia por conocimiento, etc., los mismos quedan evidenciados de inmediato en los cuerpos sutiles. Tal cambio en el punto de vista, permite una perspectiva diferente de las mismas cosas. Decía Epicteto: No son las cosas mismas las que al hombre le alborotan y le espantan, sino las formas engañosas conque el hombre ve las mismas cosas. Una vez que entendemos esta enseñanza, también cambia progresivamente nuestra relación con los vegetales, animales y con los seres humanos, otorgándonos mas amor y consideración hacia los demás seres que conviven en nuestro planeta. Esto permitirá darnos cuenta, que si los docentes no aprenden a percibir los cuerpos sutiles de sus alumnos, les será cada vez más difícil entenderlos, por el nivel de percepción que los niños y adolescentes ya poseen. Cuando entiendan verdaderamente esta enseñanza milenaria y la apliquen en la cotidianeidad, verán que desaparecen de golpe los problemas de conducta y los transtornos como la hiperkinesis y el déficit atencional. La tendencia a reprimir los síntomas en vez de comprenderlos, quedará en poco tiempo como algo obsoleto. En un futuro próximo, va a ser cada vez más natural la percepción de los cuerpos sutiles que conforman el aura y por lo tanto, nos será innecesaria la mentira y la hipocresía, como forma vinculante basada en la especulación resultante del egocentrismo; la cual hoy maneja el Mundo y corrompe a las instituciones, al punto de hacerlas inoperantes ante las grandes exigencias a las que nos expone la crisis actual. Cuando analizamos este versículo: Por sus obras los conoceréis, nos damos cuenta que la Visión Ampliada, tiene el poder de evidenciar el estado de conciencia de quién ejecuta la acción, permitiéndonos captar si el individuo actúa impulsado desde el inconsciente o la conciencia. Por sus obras los conoceréis. Jidhu Krishnamurti dijo: Atento/a para darse cuenta.
 
Respecto a los niños, debemos estar advertidos, porque ellos generalmente perciben los cambios que se producen en el aura de los adultos; fenómeno que por nuestra ignorancia, tendemos a ocultar. Por lo tanto, si verdaderamente los respetamos y nos respetáramos sin moralismos, podríamos reducir las barreras intergeneracionales a la brevedad. Al observar este fenómeno maravilloso que los animales naturalmente perciben -tanto en cautiverio como en la vida salvaje-, comprendemos que desaparece todo tipo de discriminación, subestimación o sobreestimación, porque la verdad es la única realidad sostenible.
 
Es fácil suponer, que en la medida que más personas perciban los cuerpos sutiles, menos individuos se verán predispuestos a caer en cualquier tipo de adicción. Si entendemos que la Paz se construye con nuestro compromiso cotidiano por la Vida; quedaremos rápidamente en condiciones de apreciar el sinsentido de la guerra y el armamentismo. Lo mismo ocurre al contemplar la postura corporal, porque todo vicio postural inhibe la expresión del campo áurico, debido a que todo pliegue articular, sostenido en el tiempo, tiende a producir un bloqueo al paso de la Energía Vital ; como así, alteración en la circulación linfática y arteriovenosa, generando de tal modo, congestión e inflamación e incluso dolor en la zona articular. Cuando es corregido el vicio postural, vuelve a manifestar su normal radiación, porque se reinicia la circulación energética, fenómeno comprobable especialmente alrededor de la cabeza y el torax, siendo perceptible tanto por parte del observador, como del observado. Sin que por ello tengamos que recurrir a ninguna tecnología compleja. Esta es la Verdad que nos hace libres del peso de nuestra ignorancia.
 
Cuando podemos disfrutar esta maravilla de la Creación , entendemos por primera vez, que podemos trialogar con los demás, o sea, comunicarnos desde el Alma, con la mediación del Maestro Interior o Divina Presencia (para quienes desean ver esta enseñanza más allá de toda enseñanza espiritual, su explicación consiste en la interacción entre dos o más campos de energía diferenciados con la energía indiferenciada) y el resultado, es el mismo. A esta manera de observar, en la India se le denomina darshana, cuyo significado es: Visión, percepción, punto de vista, conciencia, inteligencia, comprensión, consideración; sistema o método, sistema filosófico. Vale recordar que no cabe duda que en tal enseñanza, nos estaba invitando o induciendo a encontrar en el momento adecuado, la percepción profunda de los Cuerpos Sutiles. Al practicar la Respiración Consciente, con la visión ampliada, podemos alcanzar a percibir la instantánea expansión de los cuerpos sutiles, por efecto de la misma.
 
La visión ampliada permite a los deportistas de todas las disciplinas, alcanzar una plenitud en la marcha e incluso, protegerse ante riesgos de accidentes o traumatismos evitables en los deportes competitivos. Esto es debido a que otorga una mejor calidad de vinculación del estado vibracional interno con el entorno vibracional. Cuando es adecuadamente aplicada, el cuerpo adquiere la liviandad de los felinos y el deportista aumenta la producción de endorfinas, realizando su actividad con un menor esfuerzo y un mayor rendimiento en todo sentido.

26/4/11

Adelgazar


Quién de nosotros puede decir, sin faltar a la verdad, que nunca ha hecho un régimen para adelgazar!  Todas en algún momento de nuestras vidas, después de un embarazo, en la menopausia, en la adolescencia, antes de una boda, al dejar de fumar, o en la operación bikini. Y no uno, sino muchos tipos de dietas, con más o menos éxito, mucho sacrificio y muchas veces con una gran frustración, volviendo al peso inicial o incluso más kilos que antes.


A veces es por salud y la mayoría de las veces por estética, pero es cierto que es una preocupación recurrente en las sociedades desarrolladas el exceso de peso, incluso en la población infantil, donde ya se detecta un índice preocupante de obesidad y cualquier alimento está al alcance de la mano y de casi cualquier bolsillo.
Por eso quiero compartir con ustedes esta nueva experiencia. Si bien no he sido nunca gorda, es verdad que últimamente convivía con unos kilos de más, ya que, de alguna manera, me sentía más cómoda estando en el límite alto de mi peso y aunque me lo planteaba,  no me compensaba el esfuerzo de la dieta, me daba pereza.
Pero a finales de enero, encuentro en internet un método nuevo (o no tan nuevo, pero de total actualidad), del  Dr. Pierre Dukan que despierta mi interés y me compro  el libro donde desarrolla su método y empiezo la experiencia y…chicas….funciona…por eso quiero compartirlo con todas ustedes.
Y no sólo funciona, sino que descubro a medida que lo leo y lo aplico, varias claves que antes no conocía. Una es la valiosa herramienta que supone el poder consumir lácteos con 0º de grasa. Después, el poder comer sin tener que pesar y sin limitaciones excesivas. Pero sobre todo, lo que dice su teoría sobre el efecto rebote, para lo que no existe medio natural alguno, ni terapéutico. Y las consignas que da para evitarlo y consolidar la pérdida de peso, me han parecido valiosas, muy útil saberlo y me ha permitido entender los fracasos pasados.
Casi siempre uno se fía más de la experiencia ajena que del que promueve algo (lo que sea) para beneficiarse comercialmente. Por eso decido promoverlo, porque desde mi experiencia, me gustaría que se beneficiaran otras mujeres (también hombres o niños que lo deseen). Sólo con leer el método por internet o comprando el libro NO CONSIGO ADELGAZAR, del Dr. Pierre Dukan, cualquiera de ustedes puede iniciar su propia ruta de liberarse de los kilos que les sobran, es un reto saludable.

Lucía Chaktoura

22/4/11

Historia del zapato femenino

Un largo camino han recorrido los zapatos a través de todos los tiempos. Se pueden rastrear hasta 10.000 años antes de Cristo, al descubrirse, en un glaciar en el límite entre Italia y Austria, un cuerpo congelado en perfecto estado de conservación, que llevaba puestas unas botitas de cuero, con la piel hacia adentro y rellenas con líquenes que protegían del frío.
            Cada época tuvo lo suyo; por moda o necesidad fueron creados los zapatos que la técnica y los conocimientos del momento, permitían.
            En Egipto, el calzado se consideraba símbolo de poder y mando. Las mujeres de la corte del faraón, usaban sandalias confeccionadas con papiro o fibras de palmera. Los pobres —desde luego— iban descalzos.
            Las chinas vendaban fuertemente sus pies contradiciendo a la naturaleza, para que no les crecieran; de tal manera, los pies, cuanto más pequeños, eran una fuente de codicia erótica y merecían una más ventajosa unión matrimonial. Y esos pequeñísimos pies calzaban unos zuecos con plataforma que obligaban a un desplazamiento sinuoso y ondulante.
            Los griegos, inventores del teatro, crearon los primeros tacos altos para elevar la altura de los actores, pero las damiselas usaban sandalias de cuero crudo que se trenzaban alrededor del tobillo y las piernas, hasta debajo de las rodillas.
            Las mujeres romanas adaptaron el modelo griego y le agregaron color al cuero: rojo, amarillo, verde y blanco. Algunos diseños actuales —como las guillerminas—, se inspiran en el calzado del siglo V, como los encontrados en los mosaicos de la Catedral de Ravena.
            Caminar por calles de tierra y piedras con tan precario calzado, debe haber sido sumamente incómodo. Por eso, la creatividad de los talabarteros y costureras fue aguzando el ingenio para complacer a su clientela femenina, que se quejaba de tales inconvenientes.
            Es así como, en el siglo XII, se logra dar forma diferente al pie derecho del izquierdo, y en el siglo XIII aparece la suela.
            La industria del calzado avanza y en 1272 se establece el gremio de los zapateros, uno de los primeros reconocidos en Inglaterra. El cuero que utilizaban —procedente de Córdoba, España— era de excelente calidad y estaba decorado a la manera del guadamecil árabe. Por eso, utilizando una deformación de la palabra Córdoba, a estos zapateros se los llamó corwainer.
            A fines del siglo XIV, los zapatos eran en punta y se rellenaban con pasto o con pelo para obtener un andar más blando. Para ese entonces se habían suplantado las tiras y nudos como estilo de sujeción, por hebillas y pasadores.
            El Renacimiento trae aires de cambio y se impone el calzado más ancho y las telas de colores.
            A partir de 1540, las puntas redondeadas y los materiales lujosos fueron la moda obligada que sólo podían seguir las mujeres adineradas, ya que las telas tenían poca duración y había que renovar calzado muy seguido. Fabricio, el zapatero personal de María Tudor, le confeccionó en 1554, cerca de cincuenta pares de zapatos de terciopelo, estilo zapatillas de baile, botitas y chinelas forradas en seda roja.


            En la literatura tradicional, el calzado tiene un significado simbólico. Antes de 1900, los pies de las damas eran sinónimo de castidad. Para muchos, el pequeñísimo zapato de cristal de La Cenicienta es un emblema de virginidad. El gato con botas, El Mago de Oz, La zapatera prodigiosa y tantas otras fábulas y leyendas, atribuyeron al calzado poderes mágicos. ¿Quién no recuerda el dramático final de Vicky, la heroína de Las zapatillas rojas, una bailarina que no puede controlar su calzado de baile y termina atropellada por un automóvil?
            En un artículo insólitamente dedicado al dedo gordo, el escritor George Bataille comentó el papel que en España desempeñó el pie femenino durante el siglo XIX: “El simple hecho de dejar el pie calzado fuera de la falda era considerado indecente. En ningún caso era posible tocar el pie de una mujer, siendo ese hecho más grave que ningún otro.”
            Pero es justamente a finales del siglo XIX cuando el acortamiento gradual de las faldas produce una explosión de creatividad en los diseños y materiales de confección del calzado femenino. Es allí cuando deja de ser un simple elemento para cubrirse los pies y caminar sin lastimarse y se convierte en un artículo decorativo y hasta de seducción.


            El siglo XX liberó al pie del pudor y los zapatos femeninos asomaron su empeine bajo las faldas. Las cocottes de París impusieron los zapatitos de cordobán abrochados, las botitas rusel de distintos colores y las polacas, de taco muy alto, con una caña que llegaba a la media pierna, que solían tener veintidós botones y formaban parte de la vestimenta exigida por los libertinos junto a la lencería negra y el pelo suelto.
            La Goulue (la golosa), conocida bailarina del Follies Bergère y modelo de Toulouse-Lautrec, impuso una moda que hizo época: obligaba a su amante, el Gran Duque Alexis, a que bebiera champaña de su zapato.
            Entre 1906 y 1914, en la Argentina, Madame Paquin pone de moda los zapatos para bailar tango, de color naranja y con tacones. Al mismo tiempo, se acorta la pollera de manera dramática.
            Si bien los tacos altos y las plataformas de hasta 70 cm —como los chadines de Venecia del Renacimiento— hubo en todas las épocas, el taco más femenino y seductor de la historia es el “aguja” que nace de la mano de Dior en los 50 y obliga a los fabricantes de medias de seda a inventar el complemento ideal, que haría temblar de pasión a los señores de la época: las medias con talón en punta y costura realce.
            Marilyn Monroe decía: “No sé quién inventó los tacos altos. Pero todas las mujeres le debemos mucho a esa persona.” Y era cierto; gran parte de su erótico contoneo de caderas se debía al andar con tacos de diez centímetros.
            La industria del cine no dejó de explotar el fetichismo del calzado, y cuando Luis Buñuel eligió zapatos con hebillas cuadradas de plata para Catherine Deneuve, que era la protagonista de Belle de Jour, estaba enviando señales muy claras que simbolizaban la doble vida de la mujer de la historia —dama de día y cortesana de noche—, dado que las hebillas son usadas tanto por los mozos con librea como por los altos mandos eclesiásticos. Y Federico Fellini hace que, en su película La dolce vita, Anita Eckberg, en su papel de libertina, arroje sus zapatos a la Fontana di Trevi.
            El arte no quedó exento de la atracción que provoca el calzado femenino en los hombres. Salvador Dalí prefería a Gala desnuda, pero con zapatos. Ese fetichismo lo plasmó en una obra que consiste en un zapato de taco alto en cuyo interior hay una copa de leche.
            De cuero crudo, de tela, bordados con hilos de oro, con tacos o sin ellos, recamados con pedrería o lisos... los zapatos femeninos han pasado por todas las modas y todas las tendencias. Sin embargo, siempre queda algún detalle nuevo para el asombro y la seducción.
            Y así continuará siendo, para beneplácito de damiselas y de fabricantes de calzados, a menos que el avance del efecto invernadero transforme nuestro mundo en un desierto de arenas imposibles, regresando así —¡Dios no lo permita!— a primitivas costumbres, que obliguen a las mujeres a caminar descalzas.


Julia Chaktoura

Tiempo para las amigas

CONEXIÓN MENTE-CUERPO. LA RELACIÓN ENTRE EL ESTRÉS Y EL MALESTAR FÍSICO.


(fragmento de una investigación del Departamento de Psiquiatría de Stanford)
“Una de las mejores cosas que una mujer puede hacer por su salud es cultivar su relación con sus amigas.
Las mujeres conectan entre ellas de manera diferente y se proporcionan sistemas de apoyo que las ayudan a lidiar con el estrés y las experiencias difíciles de la vida. Físicamente, esta cualidad  "tiempo para las amigas" las ayuda a fabricar más serotonina -un neurotransmisor que ayuda a combatir la depresión y puede producir una sensación general de bienestar. Las mujeres comparten sus sentimientos, mientras que los hombres a menudo se relacionan en torno a actividades. Ellos raramente se sientan con un amigo a hablar de cómo se sienten acerca de cualquier cosa, o cómo va su vida personal. ¿Trabajo? Sí. ¿Deportes? Sí. ¿Coches? Sí. ¿Pesca, caza, golf? Sí. Pero ¿sus sentimientos? Muy pocas veces. Las mujeres lo hacen todo el tiempo. Comparten desde el alma con otras mujeres y, evidentemente, es muy bueno para su salud. Dedicar  tiempo con una amiga es tan importante para la salud general como el jogging o ir al gimnasio.

Hay una tendencia a pensar que cuando se está "haciendo ejercicio" se está haciendo algo bueno para el cuerpo, pero que cuando se está hablando con amigas, se está perdiendo el tiempo y deberían estar ocupadas de forma más productiva. No es cierto. De hecho, el no crear y mantener relaciones personales de calidad, con otros seres humanos, ¡es tan nocivo para la salud física como fumar!”
Por lo tanto, cada vez que nos sentamos a charlar con nuestra amiga, date unos golpecitos en la espalda y felicítate por estar haciendo algo útil para tu salud. De hecho, somos muy muy afortunadas.  Así queeeeee... brindemos por la amistad.

Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor del fuego

Alguien me dijo que no es casual… que desde siempre las elegimos. Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.

Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.
Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen.

Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpón donde jugábamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras.

Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un examen, o para cerrar una noche de cine. Las de “veníte el sábado” porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar hasta cansarse. Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.

El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada…  sin embargo… detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos.
 

Cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos. Fuimos y somos amadas. Dejamos y nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena.


Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar. Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.
Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor, y cuando correspondió, también la guerra. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces… los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque juntas construimos nuestros propios cimientos, en tiempos donde nuestro edificio recién se empezaba a erigir.
Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.
Y en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos. Hoy somos todas espejos de las unas, y al vernos reflejadas en esta danza cotidiana, me emociono.
Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego” que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía. Como siempre. Como nunca. Como toda la vida.
Para todas las brasas de mi vida, las que arden desde hace tanto, y las que recién se suman al fogón.

Simone Seija Paseyro
Uruguay. 45 años.

Al borde de los cincuenta

Hace cuarenta y nueve años que este, mi cuerpo, me permite ir de aquí hacia allá, cumpliendo con  eso que he venido a hacer a este mundo. Este cuerpo con alvéolos pulmonares, líquidos amargos, cuerdas para emitir sonidos: la mansa o la agitada respiración, la bronca que se traga, lo que quiere ser dicho por mí. La corriente de sangre recorriendo arterias y venas en una carretera donde nadie puede detenerse. El pelo, los dientes y la saliva. Mi sexo, mi piel, la mirada en los iris, la vergüenza en las mejillas, el rumbo en la planta de los pies, el ombligo recordándome el origen.
Hace cuarenta y nueve años que mis células mueren una y otra vez, para nacer y seguir naciendo con un ritmo imparable. Mi cuerpo ha recibido y recibe los estímulos del afuera: los rayos amenazantes del sol, las caricias del amante, la emulsión corporal para pieles secas, el insistente viento del sur, el abrazo de quienes amo. Mi cuerpo recibe las modificaciones que el rimel hace sobre el aspecto de las pestañas; los nutrientes de las semillas de sésamo y amapola; la estimulación del caminar y los ejercicios aeróbicos; el alimento que le dan a mis neuronas los libros que leo y las reflexiones que escucho.
Los oídos, ávidos de música y silencio. Las manos, dando, apretándose, sosteniendo, deslizándose por este teclado. La boca, húmeda, roja, reseca, dique de la carcajada. Los pies, avanzando y deteniéndose, trazando caminos sobre la Tierra. La espalda, víctima de los pesos de los bolsos y de las preocupaciones, amplia superficie que se entrega al masaje. Los brazos, extendidos hacia los cielos al ritmo de la música, dispuestos a abrazar, dando la bienvenida a quien llega, despidiendo a quien se va. El sexo, canal del placer hecho gemido, del nacimiento hecho crianza, de la sangre hecha molestia.
Mi cuerpo, al borde de los cincuenta, presenta algunas señales del paso del tiempo. Una muestra de   que mi andar no ha sido vano. Una bienvenida colección de trofeos de guerra o de paz –según la ocasión en que fueron adquiridos– que parecen decir a quien los mira: “Esta mujer viene haciendo con la vida.”
Hoy, que empecé a pensar los balances previos al medio siglo, enumero mis trofeos.



La menopausia. Me vino, me vino, me vino, hasta que un día dejó de venir. La menstruación, esa visita inoportuna, dejó de acudir a mi vida. Yo junté mis toallitas y tampones y se los regalé sin tristeza a una amiga, para que los disfrute con salud. Ya no me pasaré más la ropa. Ya no tendré que preocuparme por quedar embarazada. Pero no todas son flores cuando la regla se va: reemplazando el dolor de ovarios mensual, aparecen esporádicos e inesperados calores.  Es como si un fuego naciera en alguna parte de las entrañas y desde ahí, se expandiera por todo mi interior hasta salir al exterior. Entonces mi piel se pone colorada, abro las ventanas en pleno invierno y quienes se compadecen de mí me regalan abanicos. Para colmo, los que nombran los temas médicos, bautizaron al fenómeno térmico con un nombre sumamente desagradable: tuforadas. Yo, toda una dama, tengo tuforadas. No hay duda de que hay palabras que fueron inventadas por los varones para humillarme.

La vista. Sin anteojos no puedo leer. Me doy cuenta cuando necesito alejar los libros, las revistas, los potes de yogur para leer la fecha de vencimiento, el celular para descifrar los mensajes de texto. Estiro mi brazo hasta que hago foco y, por más que quiero, no veo. Y no es que quiera negar la realidad o cerrar los ojos a aquello que no me gusta. Simplemente, me doy cuenta de que el tiempo pasó también para mis ojos y me trajo de regalo la presbicia.

Las várices. A los treinta empezaron a asomar, tímidamente, las arañitas, esas ramificaciones azules que ensucian mis piernas. Telangiectasias me dijeron que se llamaban. A los cuarenta, fui al flebólogo a someterme a horribles sesiones para esclerosar las telangiectasias que se habían reproducido en la superficie de mi piel. Ahora, lo que se había ido vuelve a salir. Las piernas se me han vuelto algo azuladas. Y como soy docente, ¡¡¡ni hablar!!!

Las coronas. Mi sonrisa, que antes se desplegaba inmaculada  con las piezas originales que natura me dio, hoy tiene puentes, coronas, implantes y prótesis varias. A esta altura, ya casi ni me acuerdo con qué pieza dental nací y cuál es la que fui adquiriendo como consecuencia de mi adicción a los dulces, los años de irresponsable juventud con su mal cepillado de dientes y el paso de los años.

Las arrugas. Una mañana la luz entró al espejo con cierto ángulo. Yo me paré vaya a saber dónde, en relación al maldito rayo de sol y se produjo el hecho: la cara que venía viendo reflejada cambió. Minúsculas rayitas alrededor de los ojos, la boca, las mejillas me dicen que no soy más una grácil señorita. Busco, investigo en la fuente más seria de conocimiento de todos los tiempos, es decir, googleo. Pongo “arrugas” en el buscador y entonces me entero de que eso que me pasa se debe a que las células de mi dermis o mi capa de grasa más profunda disminuyeron; que mi epidermis se ha vuelto más áspera y más seca; que mi producción de colágeno se ha alterado y que mis fibras de elastina se fueron deteriorando.

La celulitis. Hace rato que convivo con mi piel de naranja y con los paliativos que me ayudarán a detener el desagradable fenómeno que invade parte de mi cuerpo. Drenajes linfáticos, alimentación sana, presoterapia, radiofrecuencia, mesoterapia, caminatas, centella asiática, son algunas de las palabras que me he acostumbrado a pronunciar en estos últimos años. La celulitis ha venido, hace bastante tiempo, para quedarse. Yo le doy batalla para que no avance, mientras, a esta altura del partido, me voy amigando con su presencia, por los siglos de los siglos.

La memoria. Me  empiezo a olvidar de todo. Quizás porque mi disco rígido vino con determinada capacidad o porque, como dicen los estudios, existe la posibilidad de que la falta de estrógenos influya sobre mi memoria. La cosa es que los nombres de la gente, lo que estaba por buscar en la heladera, lo que estaba por decir, desaparecen en un segundo de mi cabeza y me quedo ahí, en blanco, intentando atrapar esa idea que me espía desde abajo de la alfombra de mi memoria, allí donde se esconde lo digno de recordar y lo que es mejor olvidar.


Estrógenos, tuforadas, telangiectasias y drenajes, entre otros hallazgos del vocabulario, pasan a formar parte de mi lenguaje de futura mujer de cincuenta años. Y a pesar de que cuando hablan de mi edad, hablan de disminución, alteración y deterioro, sucede que me siento una diosa. Esa es la gran buena noticia. Mis caderas van de izquierda a derecha y de derecha a izquierda y no me asusta que el ritmo del vaivén sea también el ritmo del paso del tiempo. Hay casi medio siglo de calma y desesperación vividos por este cuerpo que hoy no se avergüenza de las marcas que el almanaque le inscribió.
Ahí voy, dando a luz nuevos dolores y nuevos sabores. Ahí voy, rumbo a los cincuenta.

Fela Tylbor

Elogio a las mujeres bravas


Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.
A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina,
nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden. La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición.A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.
Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.
Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado.
Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo. Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.
Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que
esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza.
Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.  
¡Vamos hombres, por esas mujeres bravas! 
Oro por que mis 2 hijas sean de éste maravilloso grupo y encuentren hombres que sepan apreciar a esta clase de nuevas mujeres !!!


Héctor Abad
Héctor Abad nació en Colombia en 1958 y se recibió en Literatura moderna en Italia. Regresa a Colombia en 1987 cuando un grupo paramilitar asesina a su padre (médico defensor de derechos humanos y fundador de la que ahora es la facultad de medicina), pero vuelve a Italia por amenazas recibidas. Regresa en 1993, aproximadamente, y en la actualidad reside en Bogotá. 


 

19/4/11

Cómo cambiamos

Mi pensamiento actual con mis 69 años, aprendi que ya tomo las cosas como son y las acomodo como puedo. Dicen que uno nace revolucionario, después es Radical y termina siendo Conservador... y es verdad, a mi edad ya no se lucha tanto como cuando uno es joven y pelea por todo... ahora escucho, veo y decido por lo que creo que es mas conveniente (que no me jodan)... Pero todo esto, lo entendi después de haber visto y escuchado un video en Youtube, que aparte de que me diverti mucho, me dejo una profunda convicción: como piensa el hombre y como piensa la mujer.


Este es el video de MARK GUNGOR  
  

La moraleja es : Si aceptamos como piensa el hombre y aceptamos como pensamos nosotras, la cosa es mas sencilla.- No quiere decir que uno acepte el pensamiento del otro, sino entender porque piensa asi.
Yo lo miré un montón de veces y lo hice junto a Florencita (mi nieta de 14 años) y tenes que ver como lo entiende ella.
Alicia Lugli.

Guía de la buena esposa



Guía de la buena esposa. 11 reglas para mantener a tu marido feliz. Folleto de 1953.


1. Ten lista la cena. Planea con tiempo una deliciosa cena para su llegada.

2. Luce hermosa. Descansa 5 minutos antes de su llegada para que te encuentre fresca y reluciente.

3. Se dulce e interesante. Su aburrido día de trabajo quizá necesite mejorar. Tu debes hacer todo lo posible por hacerlo.


4. Arregla tu casa. Debe lucir impecable.


5. Hazlo sentir en el paraíso. Después de todo, cuidar de su comodidad te brindará una enorme satisfacción personal.


6. Prepara a los niños. Son sus pequeños tesoros y él los querrá ver relucientes.


7. Minimiza el ruido. A la hora de su llegada apaga la lavadora, secadora y aspiradora e intenta que los niños estén callados.


8. Procura verte feliz. Regálale una gran sonrisa y muestra sinceridad en tu deseo de complacerlo.


9. Escúchalo. Déjalo hablar antes, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos.


10. Ponte en sus zapatos. No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin tí o si no llega en toda la noche. Trata de entender su mundo de compromisos.


11. No te quejes. No lo satures con problemas insignificantes.


Y esto sucedía hace tan solo 58 años...